lunes, 13 de septiembre de 2010

A RASTRAS


Hay un dicho popular que dice: “el que no quiere una taza, se le dan dos” Que palabras tan ciertas. Llamaban insistentemente: “es una celebración pequeña, estaremos los que somos” Como al final dió igual que era lo que pensaba al respecto, por que la vida es terriblemente irónica, por que se me notaba por encima la falta de entusiasmo, fue que en resumidas cuentas fui llevada a la “fiestita”

¿Recuerdan ese momento en las caricaturas en el cual le salía tremenda gota de sudor al personaje mientras disimulaba que la estaba pasando bien o sobrellevando una situación embarazosa? Jaja pues vaya que me sentía de esa forma.

La carretera me esperaba. “Allá voy, que el universo entero me dé la paciencia suficiente para sobrellevar el rato” Pero no fue así. Problema número uno: una laaaarga fila de automóviles. Sí, alguien había dejado este mundo y una gran cantidad de “dolientes” le seguían. “Diantre” Fue lo primero que llegó a mi mente. Entre suspiros y conversadera para convencerme de que nada sucedía, se logró pasar la dificultad.

Problema número dos: llegar a la “fiestita” y no saber dónde encajar. Te quiero, te queremos, ¡todos nos queremos! Eso lo sé. Saludos por allí, saludos por allá. A repartir besos. ¿Y después? A tomarse una cerveza y reír ridículamente por un tema que me importaba un pito. A que les ha pasado.

Si nos paramos lejitos del grupo, por que queremos contemplar el cielo o ver la gente pasar apurados en medio de su cotidianidad, preguntarán: ¿pasa algo? No pasa nada solo que estamos tremendamente aburridos, pensando en una película interesante que están proyectando en el cine y que nos encantaría ver, en el libro que podríamos estar leyendo o lo que estaríamos construyendo con un lápiz y un papel…tantas cosas. Cuando estás con el resto: “pero si haz engordado” o “estás muy flaco(a)”

(Sonrisa temblorosa y enorme gota de sudor)

Nos sentamos, sintiéndonos desubicados, esperando que el final llegue. En ese momento recordé unas palabras que alguien me dijo: “Cuando una situación no me gusta, simplemente pienso en otra cosa y dejó que todo fluya a su manera, a su ritmo” Me dediqué entonces, durante esas horas, a aplicar el consejo. La pregunta en ese instante era, ¿en qué pensar para que se me pierda el sabor de esta bebida? ¿Sobre qué reflexionar para que las palabras me lleguen enmudecidas?

¡Oh preciosa luna! En ese momento la amé tanto. Anunciaba el final de un día que se me había hecho eterno. A veces la despedida no es más que una vil intrusa, pero también, en ciertas ocasiones, a pesar del cariño o la estima que nos une con esas personas, si se es tan…aguafiestas como yo, puede llegar a ser un bálsamo muy poderoso, reconfortante.

2 comentarios:

  1. Me pasó algo similar hace unos días: fui a un bar donde la música más sencilla que ponían para bailar era rock and roll...

    Y claro, de tripas corazón hice el esfuerzo por estar allí. Al principio pensé que 15 minutos serías suficientes. Luego 1 hora como para disimular. A las 2 horas, y para mi fortuna, dejaron de presentar los vídeos musicales para poner a sonar música normal, y mientras tanto pasaban en las pantallas vídeos caseros divertidos, de esos de Internet. Por un buen rato, mientras todos bailaban a los golpes, yo me desbarataba de la risa con una cerveza en la mano en la mesa... Fue increíble... Nunca me había reído tanto y mudamente, pues nadie escuchaba mi risa ni a nadie le interesaba saber su causa: la mayoría de los vídeos eran de animales domésticos, y claro, los gatos aparecieron. Al salir, casi 3 horas después, me dolía la barriga de tanto reírme con las imágenes de gatos haciendo lo que saben hacer, gatear en la vida.

    Y yo que pensé que me iba a tocar bailar, resulté riendo a más no poder.

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  2. Hay situaciones en la vida que por mas que queramos no podemos evitar... Y sin duda esa es una de ellas :P

    Mi salida... desconectarme de la realidad y anilizar el "comportamiento social" y sentir pena ajena por todas las barbaridades de mi familia

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