martes, 16 de marzo de 2010

AL FINAL NO IMPORTA

Al final no importa, no interesa, ya sea que te hayas prestado para eso por que eres muy colaborador, por que te gusta ese medio o por que eres muy diligente, la trampa siempre se hará presente: ¡TA DA! Ese cuentico de que participarás, ya sea como jurado o testigo durante la jornada de votación, para garantizar un proceso "transparente" en el desarrollo de la misma, es, como se dice coloquialmente, pura paja.

Se me acercaron, muy sonrientes, diciendo: "mira, ¿será que nos puedes ayudar como testigo para la jornada de votación?" Sin embargo..."la curiosidad mató al gato" No me imaginaba que semejante día no solo sería una pesadilla, sino también un ambiente en el cual, a pesar de mi vigilancia, los fraudes se harían de forma tan natural como conversar. "Definitivamente la trampa es descarada y atrevida"

Asistí a las reuniones de capacitación, que a propósito están en la lista de las más aburridas de las cuales he hecho parte. En fin, fue un caos total. No se ponían de acuerdo, ni la expositora ni la que proyectaba las diapositivas: "ve, y por qué no mejor les indicamos sobre esto primero, que es más importante", "no esperate, es que esto también es importante, ellos no pueden entender eso sin esto" Como en una caricatura, se me salían los puntos suspensivos y la gotica de sudor de la exasperación. Definitivamente...sin palabras.

"Recuerden que les vamos a dar el refrigerio de la mañana, el almuerzo y la merienda de la tarde", decía la expositora muy pinchada ella. "Ah pero recuerden que también les vamos a pagar" Allí fue donde me desperté. Esas palabras me sacudieron, me sacaron del letargo en el cual la señora esta me había inducido. "Así que ya saben, todo este esfuerzo es para que al final podamos avanzar con nuestras ideas y proyectos, es por el bien de la comunidad" Sí...claro. Que forma tan disimulada y "diplomática" para decir que está comprando nuestro voto ¿no?

Me levanté al día siguiente, y una vocecita, por allá en lo más profundo de mi mente manifestaba: "si serás...¿por qué diantre te comprometiste con eso?" Pero ya que, no podía quedar mal y menos aún por la persona que me había recomendado. "Pues bien, tomemos esto como un deber civil, no puede ser tan malo, ¿o sí?"

Hmmm...me retracté de todo al final del día. Irritada, lanzaba improperrios en silencio. Primera y última vez que me comprometo en una tontería tan grande como esta. No recibí el dichoso refrigerio, estuve como faquirri hasta las tres de la tarde, ¿quién almuerza a las tres de la tarde? Ya de tanto esperar hasta las ganas se me fueron de llevarme una cucharada a la boca. Pero bueno, al final no creo que me hubiera provocado con semejante almuerzo...¡puaj! Deje así.

Llegué a casa con las paredes del estómago pegadas. Por favor, la gaseosa y el alguito de la tarde no solo no alimentan sino que no llenan a cualquiera. Definitivamente ese "pequeño" SI me salió muy caro. Por quedar bien ante los demás en ocasiones nos va "como perro en misa" "Bueno, por lo menos me van a pagar, así este bronceado que me pegué no es en vano." Ah por que eso sí, perfectamente puedo decir que este domingo me fui de paseo a la costa, ja ja, quedé como un camarón.

Los policías con su cara de poco amigos se nos acercaban y decían: "no pueden estar a menos de un metro de distancia de la mesa" Valgame...el solecito en ese metrico de distancia disfruto achicharrandome como nunca. No nos dejaron ubicarnos en los salones del colegio en el cual nos tocaba. Y, estando en el patio me imaginaba al sol allá en lo alto riendo maliciosamente, "bronceate un poquito que estas muy palida"

Sin suplente, tampoco podía convertirme en el renacuajo de la mesa. Se me había otorgado la veeduría de un puesto de votación en el cual los jurados eran de esos adultos chismosos, que reparan de todo el mundo menos de ellos mismos y además con experiencia en esas "movidas" Así que, por más que quisiera, este tipo de adulto común que pulula este país, no permite ni permitió en su momento que las cosas fueran "transparentes".

Al final me quedé con los rezagos del día y con una paga que no suple, por nada del mundo, la necesidad de ser correctos en asuntos tan delicados como este. Y aprendiendo una lección muy importante: tengo que dejar de ser tan amable y voluntariosa a veces, no vale la pena. Y por supuesto, de que la política tan solo es un adorno, un negocio. Que pena.

1 comentario:

  1. Te recuerdo calmada, sosegada, pasiva, atenta, concentrada... ¡no te imagino volada el genio! Sin mayor deseo de que te vuelva a pasar, pero sería curioso verte refunfuñando. Y hasta gracioso, me atrevo a decir... Ji Ji Ji...

    En cuanto a lo de testigo electoral, al final me di cuenta que no velaban por la transparencia del proceso, sino por el dato que a su grupo político patrocinador le interesaba. Y eso, ¡jodiendo! Qué pena la palabrota, pero es que en ese afán por culminar pronto y de la mejor manera la jornada, era absurdo tener que volver a contar los votos frente a cualquier pelagato que le interesaba saber cuántos votos tuvo tal candidato. ¡Grrrhh...!

    Tú no eres una pelagata. Una gatita, tal vez.

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