sábado, 1 de octubre de 2011

REACCIONES SOCIALES INCÓMODAS


"Te disculpas demasiado" - oración de una película que no recuerdo en este momento, lo siento -

Esas palabras pasaron como un relámpago por mi mente ante la incómoda situación de la cual más de uno fue víctima. Porque la tecnología es maravillosa (sí...puede ser) y porque trabaja bien cuando se le antoja (casi siempre), se confabuló con la magnífica característica (una de tantas) que tenemos los seres humanos...especialmente cuando estamos en masa.

"Para dónde va Vicente? para donde va la gente" - frase célebre -

Unos cuantos volvieron sus rostros a la salida, con miradas curiosas y algunas un tanto acusativas. El resto, como si estuvieran automáticamente jalonados, como si sus cabezas estuvieran unidas por un sistema de cuerdas, se estiraron un poquito para ver qué era lo que ocurría. Me sentí como una espectadora de algo parecido al los suricatos. ¿Quién dice que la evolución nos ha quitado ciertos reflejos o actos propios del reino animal?

Pero es que pensándolo bien, en un país donde se vive en estado constante de paranoia por el peligro y las malas intenciones, donde los unos a los otros se miran con desconfianza, con precaución, es inevitable que las personas te señalen automáticamente como un posible sujeto con la costumbre de tomar lo que no te pertenece y más aún cuando supuestamente no haz pagado por ello. ¿La causa? la ridícula hipersensibilidad de un aparato antirrobo, que además estaba dejando con una mueca de inconformidad a los empleados del establecimiento. Ya me imagino que al..."guardia" se le estaba montando severa jaqueca porque apretaba la mandíbula y exhalaba exasperado.








No hay comentarios:

Publicar un comentario