jueves, 27 de octubre de 2011

"Levanta el rostro"

Sus dedos largos, finos y tibios sostenían suavemente mi menton.

"Estaba reflexionando..."

"Piensas demasiado, dedícate a observar alrededor y disfrutar"

Eso era lo que sus ojos me transmitían cuando lo miré de soslayo.

Me volví en otra dirección...su mirada de rayos x era perturbadora, traspasando tan fácil mis barreras, llegándome hasta el alma y haciéndome temblar. Sin embargo, caminar a su lado era una experiencia mágica. Percibir como el aire se mezclaba con su aroma a vainilla y algo más que no lograba describir, pero que simplemente era un deleite para mis sentidos.

La vida, en ese momento, pasaba fácil ante mí. La plenitud, la tranquilidad...era algo que alcanzaba rápidamente en su compañía. Era observar la existencia siempre desde una perspectiva diferente a través de la cual parecía como si todas las piezas encajaran. Mis dudas se disipaban. No había espacio para incertidumbres y miedos...por lo menos no fuera del corazón.

Y así será. Los primeros amores serán hermosamente caóticos...arrolladores. Cada día parecerá un relato fantástico, con sus instantes de prisma y sus quimeras, con versos dulces y amargos. Mirar atrás y encontrarnos con esas experiencias, en ocasiones, es algo inevitable y necesario...para aprender que el amor no es más que un eterno insatisfecho.



1 comentario:

  1. Insatisfecho, porque los deseos de los seres humanos son infinitos y su existencia ínfima... tan pequeña y veloz, que no alcanzamos sino a verlo pasar cuando ya está lejos...

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