miércoles, 19 de octubre de 2011

POESÍA I




A...

DEDICÁNDOLE ÉSTAS POESÍAS

Soneto

Marchitas ya las juveniles flores,
Nublado el sol de la esperanza mía,
Hora tras hora cuento, y mi agonía
Crece con mi ansiedad y mis dolores.
Sobre terso cristal ricos colores,
Pinta alegre tal vez mi fantasía,
Cuando la triste realidad sombría
Mancha el cristal y empaña sus fulgores.
Los ojos vuelvo en incesante anhelo,
Y gira en torno índiferente el mundo,
Y en torno gira índiferente el cielo.
A tí las quejas de mi amor profundo,
Hermosa sin ventura, yo te envío:
Mis versos son tu corazón y el mío.


SERENATA

Delio a las rejas de Elisa
Le canta en noche serena
Sus amores,

Raya la luna, y la brisa
Al pasar plácida suena
Por las flores.

Y al eco que va formando
El arroyuelo saltando
Tan sonoro.

Le dice Delio a su hermosa
En cantinela amorosa:
"Yo te adoro"

En el regazo adormida
Del blando sueño, presentes
Mil delicias,

En tu ilusión embebida,
Felíz te finges y sientes
Mis caricias.

Y en la noche silenciosa
Por la pradera espaciosa
Blando coro

Forman, diciendo a mi acento
El arroyuelo y el viento:
"Yo te adoro"

En derredor de tu frente
Leve soplo vuela apenas
Muy callado,

Y allí esparcido se siente
Dulce aroma de azucenas
Regalado.

Que en fragancia deleitosa
Vuela también a la diosa
Que enamoro,

El eco grato que sueña
Oyendo mi cantinela:
"Yo te adoro"

Del fondo del pecho mío
Vuela a tí suspiro tierno
Con mi acento:

En el mi Elisa, te envío
El fuego del amor eterno,
Que yo siento.

Por el, mi adorada hermosa,
Por esos labios de rosa
De tí imploro

Que le escuches con ternura,
Y le orirás cómo murmura:
"Yo te adoro"

Despierta y el lecho deja:
No prive el sueño tirano
de tu risa

A Delio, que está a tu reja
Y espera ansioso tu mano,
Bella Elisa.

Despierta, que ya pasaron
Las horas que nos costaron
Tanto lloro;

Sal, que gentil enramada
Dice a tu puerta enlazada:
"Yo te adoro"


A CAROLINA CORONADO

Dicen que tienes trece primaveras
Y eres portento de hermosura ya,
Y que en tus grandes ojos reverbera
La lumbre de los astros inmortal.

Juro a tus plantas que insensato he sido
De placer en placer, corriendo en pos,
Cuando en el mismo valle hemos nacido,
Niña gentil, para adorarnos, dos.

Torrentes brota de armonía el alma;
Huyamos a los bosques a cantar;
Dénos la sombra tu inocente palma,
Y reposo tu virgen Soledad.

Más, ¡ay!, perdona, mi virginal capullo;
Cierra tu cáliz a mi loco amor;
Que nacimos de un aura al mismo arrullo,
Para ser, yo el insecto, tú la flor.



José de Espronceda
1808 - 1842

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