Me convertí en lo que quería evitar, me transformé en esperanza, en puro anhelo a flor de piel, capaz de reaccionar al instante con el sutil toque de su caricia, deseando palabras que sabía...nunca iban a llegar. Mis suspiros se los llevó la brisa de la tarde, tratando de ahogar aquellos pensamientos angustiosos...teñidos de tristeza, con una taza de café. Un beso suyo podría salvarme, pero elijo suplicar... bajo el despejado cielo, que en medio del silencio...aquel dios que se oculta tras el sol y la luna, me dé las fuerzas suficientes para aprender a olvidar...
L
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