jueves, 14 de julio de 2011



No sé si es porque le parece muy chistoso hacer eso o porque en realidad tiene un problema de fondo que resolver con su mamá, pero aquel niño se aferró a mi cintura.

- ¡Mami!

Durante los primeros segundos no pude articular palabra, me había sorprendido tanto que apenas estaba asimilando la situación, la cual, si hubiera sido una escena de esas series malucas al estilo norte americano de los 90´s, habrían estallado las risas de fondo, incluso en ese momento me pareció oírlas. Miré de un lado a otro, aparentemente nadie nos observaba. Le sonreí, pero era de esas sonrisas que son más como un gesto reforzado convirtiéndose en una mueca que en otra cosa.

- Ehhhh…

Seguí con mi mueca de incomodidad. El niño parecía una garrapata, sujeto a mi cintura. Resoplé - “¡rayos! y ahora cómo me lo quito de encima?” - Tuve una pequeña punzada de remordimiento por pensar así, pero al final el susto y la consternación que me había generado ganaron. Cuando me disponía a apartarlo de mí con una sonrisa que creo ya se veía maléfica para poder espantarlo, alguien llegó y se compadeció de mi situación. La amenaza de una reprimenda pareció tener más efecto que mi torva sonrisa porque el niño salió corriendo. “Listillo” pensé y solté una corta carcajada.

- No es la primera vez que lo hace. Le dice papá o mamá a todos los que entran acá

- Hmmm…

- Necesita mano dura

“Lo que ese niño necesita es un buen terapeuta” pensaba mientras reíamos. Así que todos para uno y uno para todos ¿eh? ¿Reclamando cariño de aquella forma, con tan mal gusto? Sin embargo la inocencia de los niños no mide esas cosas y por ello pensé que quizá fuera más un problema de relación con sus padres que otra cosa. Raro, no lo volvió a hacer, por lo menos no en cuanto a aferrarse a mí, aunque si manifiesta a todo pulmón – “¡Mami!” – y luego sale corriendo. Será que ya lo habré espantado un poco o quizá fue que le reprendieron. De todas formas ya nos acostumbramos a aquellas manifestaciones tan particulares de cariño de su parte y a sus detalles, que a propósito, le encanta regalar improvisados separadores para los libros. Bueno, yo le estoy dando esa utilidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario